Queridos pirados (vol. I)

24.9.09

Veo que la cosa se ha puesto popular. Cosa que entiendo, porque lo popular es irresistible. Y si no, que se lo digan a Uwe Schmidt, un alemán que según declara se despertó un día con una canción de Kraftwerk sonando en su cabeza como chachachá.

Lo que sigue es la reproducción de una entrevista (real) a este alemán con ojitos de Acapulco.

“(Con adorable español de acento alemán y ecos de Chile, donde vivió un tiempo) Entonces empecé simplemente, por curiosidad, a programarlo. ¿Cómo se podía hacer algo así? Y empecé a hacer una demo y, como soy maniático y obsesivo, tenía que terminarla. Así que terminé la canción...”. Le interrumpe el entrevistador: “Ese día comiste tarde...”. Sigue Uwe Schmidt: “A veces no como, sí". (Silencio.) "Y a partir de ahí terminé la segunda canción y la tercera y la cuarta y finalmente vi que tenía que hacer un disco. Yo no sabía cómo podría ser la reacción de la gente. Sentí que lo debía sacar en Japón, así que lo mandé a Japón... y lo sacaron. Y más tarde me llegó un email de Florian Schneider [miembro fundador de Kraftwerk], que, no sé cómo, obtuvo una copia. Me dio bastante susto, porque el disco estaba ya a punto de lanzarse en Estados Unidos y Alemania. Y bueno, en ese momento ya tuve yo que preguntarle a Florian si me daban permiso para usar las canciones de su grupo”.

Florian, que no sólo es un visionario sino por lo visto también un tipo generoso, le dio permiso. Y aquí está Neon lights, una de las perlitas de El baile alemán, disco gigante para las sobremesas con reunión de amigos firmado efectivamente por Uwe Schmidt, un productor con patillas y bigote de noble decadente de Baviera que prefiere hacerse llamar Señor Coconut (y Su Conjunto).



Ciclotimia Way of Life (Alemania in the soul)

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