Más punk que Nick Cave era Blixa Bargeld, integrante de los Bad Seeds durante casi una década y uno de los poquísimos que durante ese tiempo ha tenido categoría de persona fundamental, insustituible en una banda de alineación mutante y extensa, tanto que se podría dedicar un blog y no una trilogía a sus componentes. No sé muy bien por qué, siempre he sentido simpatía hacia este hombre con fama de lunático y anguloso flequillo de vanguardia. Yo creo que es por su sentido del humor, quizás un poco extraño pero en cualquier caso mucho más importante para él -me parece- de lo que los críticos suelen suponer.
Al margen de su faceta como excelente y personalísimo guitarrista de Nick Cave, Bargeld también es miembro fundador de Einstürzende Neubauten, un grupo alemán en el que se dedicó a explorar, al parecer siguiendo premisas dadaístas, las infinitas variantes del ritmo y los límites del sonido. En sus primeros trabajos, los más radicales, usaban sierras y taladros, cadenas, bidones y estructuras de acero, incluso -grabado y distorsionado- el crepitar de las llamas de contenedores ardiendo. A su manera, luthiers de nuestra época, luthiers de la chatarra industrial.
Hace unos años publicaron un disco titulado Silence is sexy. A mí, la verdad, me parece un título muy gracioso viniendo de ellos. Arranca con un tema precioso, sutil y en calma, casi con toda seguridad el más sencillo que han sido capaces de componer en tres décadas. También es lo más parecido a una balada que han podido hacer hasta ahora. Es una música perfecta para la noche -para ese extraño estado de suspensión en que entran las cosas de noche- y una de mis canciones favoritas de ayer y hoy.
Ciclotimia Way of Life
Trilogía de las malas semillas (II)
14.7.09
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